La bodega
Tradicionalmente en todos los pueblos había siempre un espacio asambleario, un lugar donde los tratos se sellaban, donde se celebraban reuniones que, sin duda, influían en el presente y futuro del municipio. Estos foros son, popular y cariñosamente, conocidos como los ‘mentideros de la villa’.
En el caso de la villa de La Seca, era la botica, donde hoy se asienta la casa y bodega Barco del Corneta.
La pequeña finca cuenta con una casa castellana solariega, donde estaba ubicada la antigua bodega; un corral; una zona de caballerizas, gallineros y habitación de aperos –que hoy es la zona de elaboración-; así como un lagar – donde ahora se encuentra la sala de catas- y dos cavas subterráneas que siguen cumpliendo la misma función que a principios del siglo XIX, son la sala de crianza y el botellero.
No hay mejor lugar para que los vinos descansen que debajo del suelo que les ha visto nacer, donde hay unas condiciones de humedad y temperatura constantes todo el año.
El subsuelo de La Seca está repleto de galerías subterráneas que fueron cavadas a mano en piedra caliza. Muchas de ellas se han hundido o tapado y apenas es posible encontrar las zarceras, pero afortunadamente aún se conservan decenas de bodegas subterráneas a más de 10 metros del asfalto, como es el caso de Barco del Corneta.
Si conduces hacia las afueras del pueblo en dirección a Serrada podrás divisar por el retrovisor un barco blanco ‘de papel’ que asoma entre la arquitectura mudéjar de la villa. ¡Un recuerdo imborrable!